Siendo un tema ampliamente discutido, la economía circular abarca todo el sistema de producción y consumo que busca reutilizar los materiales existentes el mayor tiempo posible. Sin embargo, ¿cómo engloba este concepto la arquitectura, el diseño y su estética? Uniéndose al cambio hacia un futuro circular, la arquitectura está descubriendo cómo las operaciones circulares y la reutilización de materiales pueden dar como resultado una nueva estética, así como una mejora general de su impacto ambiental.
Aprendiendo cómo la circularidad -y la reutilización de materiales- crea una estética distintiva, el siguiente artículo analiza cómo los proyectos están reinterpretando su proceso de diseño a lo largo de tres estrategias: arquitectura desmontable, rusticidad y maleabilidad.
Desmontable: mezclar y combinar componentes
Dado que vivimos en un mundo dinámico en el que nada parece ser completamente permanente, la circularidad toma materiales en desuso y los organiza para reutilizarlos, reduciendo el desperdicio y haciendo que los diseños sean más ingeniosos. Al ensamblar y desensamblar elementos, la práctica del diseño desmontable –donde no solo los objetos sino también las estructuras arquitectónicas pueden separarse en partes– conduce a una estética arquitectónica basada en la suma y resta de "piezas".
Para lograr estos resultados, es esencial desarrollar un proceso de diseño integrado en el que participen todas las partes interesadas –no solo con las personas, sino también con el modelado de información de construcción (BIM)– desde el comienzo del diseño para promover el diálogo y asegurarse de que todos los aspectos son considerados y trabajan juntos sin problemas.
Centrándose en los desafíos espaciales actuales, como la escasez de viviendas o la restauración de la biodiversidad, el proyecto muestra soluciones innovadoras de base biológica para construir estructuras plegables con una apariencia modular visible. Optimizados para instalaciones técnicas mínimas y unidos con conexiones secas, el marco y los elementos de la pared están fabricados para un ensamblaje 'plug-and-play', no solo minimizando el impacto ambiental, sino que también permite desmontarlos por completo y reconfigurarlos en nuevas ubicaciones según las preferencias. y necesidades futuras.
Con el objetivo de ser desmantelado y reciclado, los arquitectos de Studio ACTE exploran un diseño que dialoga entre masa, transparencia, tiempo y durabilidad. Con los materiales ya reutilizados (limpiados, lijados o pulidos revelando sus cualidades y valores), recolectados localmente y unidos con componentes secos, se crea un conjunto que resalta el potencial de los materiales reutilizados. A lo largo de este proceso constructivo (donde el pabellón demuestra las cualidades del tapial y la madera reutilizada como material de construcción), el resultado expresa cómo la circularidad permitía una estética propia.
Usualmente visto en pabellones temporales, el diseño circular realza esta estrategia desmontable para ser aplicada en diferentes usos arquitectónicos como residencial, espacios de trabajo, hospitalidad y otros.
Rústico: Local, crudo y vintage.
Otro factor clave en los resultados estéticos de implementar procesos de construcción circular es la selección de materiales, donde su composición, textura y color le dan carácter a un proyecto. A menudo influenciado por su entorno, el uso de materiales locales (algunos de ellos recuperados después de ser desechados) conduce a un uso renovado de técnicas tradicionales que evocan un diseño rústico, crudo y crudo. Junto a esto, la combinación de elementos modernos crea un aspecto vintage capaz de recordar cualidades o características específicas del pasado.
Materiales tradicionales para el diseño contemporáneo
Saliendo de las viviendas en bloque de hormigón, las alternativas para reducir las emisiones de CO2 potenciaron el desarrollo de la arquitectura realizada con materiales naturales. Este marco de bambú aprovecha su fuerza de flexión mientras se vuelve a conectar con la autenticidad y la rica tradición de la artesanía china. Aprovechando recursos naturales como el sol, el viento y la vegetación (minimizando el uso de energía activa), el proyecto ejemplifica técnicas de construcción directa que crean una nueva estética, enfatizando la pureza natural de los materiales.
El proyecto restauró una de las pocas casas originales de madera que quedan en la isla de Holbox, México, adaptando el edificio como taquería, mezcalería y boutique artesanal. A diferencia de otros proyectos que sustituyen el patrimonio tradicional por tipologías foráneas, esta intervención demuestra cómo la tradición es capaz de adaptarse a los usos actuales y celebrar su esencia original. ¿Cómo influye esta estrategia en tu estética? Paredes, vigas y columnas de madera fueron pasadas por una técnica de pintura por parte del propietario, donde las piezas de madera hundidas fueron rellenadas con un color que asimila el tono del mar de la isla.
Ubicada en un sitio antiguo preservado, esta restauración crea una respuesta a las llegadas masivas de turistas y la especulación sobre la reinvención de los distritos históricos desde cero. Dentro de una estrategia de diseño que reutiliza, desvía y valoriza los materiales, la estética resultante respeta los orígenes de su ubicación, donde las fachadas están realizadas a partir de la acumulación de ladrillos de tierra cruda, ventanas tradicionales recicladas y persianas derivadas de la economía circular del pueblo.
Ligereza: espacios impermanentes y transitorios
¿Cómo las decisiones circulares dan forma a los espacios arquitectónicos? Dentro del uso de estrategias simples y livianas, las configuraciones del espacio funcional ciertamente están presentes en esta nueva estética. Estos espacios variables y diversos alientan a la arquitectura a usar menos recursos, lo que lleva a una apariencia más limpia y simple que prioriza la durabilidad de los materiales para diseños funcionales que se pueden adaptar, reutilizar y reutilizar fácilmente.
Rehabilitando un departamento de 45 metros cuadrados de 1850, la nueva distribución crea un espacio concebido como múltiple. Multiplicar posibilidades en un espacio reducido responde a los retos de la vivienda contemporánea, donde la flexibilidad juega un papel clave en la posibilidad de alojamiento sin tener que crecer en metros cuadrados y aumentar así la huella de carbono del edificio. Minimizando el número de elementos, la estrategia matérica desarrolla una estética sencilla que unifica los espacios a la vez que reduce los recursos necesarios.
Explorando un edificio con estructuras más ligeras que minimicen el impacto ambiental, la arquitectura de esta pequeña casa de verano propone la ligereza como pauta ecológica y estética. Al liberarse del hormigón, la casa descansa sobre pilares helicoidales para mantener el suelo del bosque casi intacto. Su construcción de madera y su paleta de materiales simples desarrollan una estética caracterizada por una ligereza temporal que se funde con el paisaje.
Galpones de luz para asimilar su entorno
Con una agenda clara para ser un hogar temporal que incorpore (en lugar de restarle valor) a su entorno, esta estructura con una carcasa de madera envuelta en celosía imita los troncos de su entorno de la línea de árboles Kanuka. A diferencia de los típicos cobertizos que no quieren ser vistos, este proyecto propone una estructura liviana que se puede ver en espacios exteriores. Jugando con una fachada minimalista durante el día, la estrategia de iluminación integra luz filtrada que brilla a través de las lamas por la noche, lo que lleva a una estética simple que se adapta con el tiempo.
Este artículo es parte de los temas de ArchDaily: Economía Circular. Cada mes exploramos un tema en profundidad a través de artículos, entrevistas, noticias y obras de arquitectura. Te invitamos a conocer más sobre nuestros temas. Y como siempre, en ArchDaily valoramos las contribuciones de nuestras lectoras y lectores: si quieres postular un artículo o una obra, contáctanos.
